“Nada nos puede sorprender. Los valles calchaquíes son la joya que tiene el NOA. Pero crecieron de manera desordenada, sin controles y a la buena de Dios. Eso es lo que buscan los narcos para llevar su negocio: descontrol y desorden”, aseguró Juan Carlos Jiménez, un veraneante de años de Tafí del Valle que, como todos los que aman esa villa, se mostró sorprendido por la cantidad de droga secuestrada en esa zona en lo que va del año.

Los valles no están ajenos a lo que sucede en el NOA. En lo que va del año, nuestra región fue el origen de los 9.342 kilos secuestrados en todo el país. Ese número representa más del doble de los 4.419 incautados en 2023. También casi se duplicó la cantidad de estupefacientes decomisados en Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja y Santiago del Estero. De los 3.900 kilos decomisados el año pasado, en lo que va de 2024 fueron 7.200.

“Creo que nadie está exento a este flagelo. Desde hace más de 30 años que vengo escuchando a candidatos presidenciales que serán inflexibles contra el narcotráfico. Pero el tráfico de droga sigue creciendo. Me parece que es hora que todos los políticos se unan y digan cómo frenamos esto”, reflexionó María Esther de García, que vive en El Mollar.

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En rigor de la verdad, siempre se traficó droga por estas rutas. Hace más de 20 años que comenzaron los primeros secuestros. En octubre de 2006, en pleno centro de Tafí del Valle se encontró una cocina de cocaína. El narco recibía la pasta base y terminaba el proceso para obtener el estupefaciente.

“Esos días se armó un revuelo impresionante. Tafí se había transformado en el nuevo Medellín, pero con el tiempo todo quedó en la nada. Se notaba la presencia de efectivos por el pueblo, pero después desapareció y nadie habló más del tema”, explicó Mauro Castro.

Lo que pasó de ahí en más sólo fue anecdótico. Varias denuncias anónimas daban cuenta que el mirador del monumento de El Indio, por espacio, era el lugar elegido por los narcos para hacer intercambio de droga por dinero. Los investigadores reconocieron que pasaron días enteros escondidos en los montes o disfrazados de mochileros para frustrar una operación de estas características, pero siempre se quedaron con las ganas.

A partir de 2017, los decomisos de drogas no pararon. Pero nunca se habían conseguido los registros de este año. En lo que va del 2024, los gendarmes incautaron 345 kilos de cocaína, mientras que el año pasado decomisaron 177 kilos.

Todos las cargas fueron descubiertas ocultas en el interior del vehículo. El modus operandi sería buscar el auto o la camioneta en algún punto determinado para iniciar un viaje y recorrer las rutas. Los destinos más comunes son Mendoza, Tucumán, Córdoba y Buenos Aires, según los últimos casos.

Las rutas

Las investigaciones dan cuenta que son varias las rutas que utilizan los narcos. Según pudo establecer LA GACETA, son dos los principales caminos. Si la droga tiene origen en Jujuy, las mulas normalmente toman la ruta 40 en esa provincia. Si cargan el estupefaciente en Salta, se inclinan por la combinaciones de las rutas 5. 34. 68 y 40. El punto de quiebre es la intersección de esta última con la 307. Si eligen esa, continuarán viaje por Tucumán, caso contrario, irán por Catamarca.

La razón de la elección de estos caminos es contundente: casi no existen controles a lo largo del recorrido. Gendarmería apuesta a las patrullas eventuales y no a los controles fijos. El puesto que tenía en Colalao del Valle fue levantado al quedar inaugurado un destacamento de la fuerza en Capitán Cáceres. Ese lugar fue ocupado por la Policía, en el marco del Operativo Lapacho. Las autoridades anunciaron que será reforzado, al igual que el de Amaicha del Valle.

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“La idea es incorporar más personal y que cuenten con escáneres y perros adiestrados. Pero también está la idea de coordinar patrullajes con otras unidades”, aseguró el comisario Fabio Ferreyra, jefe del Operativo Lapacho.

“Esperemos que cumplan con su promesa. Los mismos habitantes permanentes de Tafí dicen que los robos se incrementan porque los chicos comenzaron a consumir droga. No se sabe quién les vende, pero tampoco estamos hablando de Nueva York para que no los encuentren”, se quejó Esteban Carmona.

Las autoridades de todo el mundo pelean a capa y espada para no quedar en el medio de una ruta de drogas. Tanta preocupación tiene su razón: algo de los estupefacientes queda en el lugar. Días atrás se inauguró en Amaicha del Valle (punto neurálgico de la ruta de la droga) un Centro Primario de las Adicciones (Cepla).

“En este pueblo tranquilo cada vez que hay un robo siempre aparecen involucrados chicos con problemas de adicción. Delinquen con el fin de conseguir recursos para comprar la sustancia que fuman. Las madres desesperadas piden ayuda para sus hijos y en esta comuna no teníamos la herramienta para hacerlo. Ahora sí”, aseguró el comisionado comunal de esa localidad, Paul Caillou.